En la actualidad, la medicina deportiva se ha convertido en un elemento fundamental para mejorar la condición física de los deportistas, así como prevenir lesiones durante sus entrenamientos, en las competencias y, en general, para optimizar el rendimiento deportivo de los atletas de élite o de alto rendimiento.
En este caso, consideramos como deportista de alto rendimiento a aquellas personas que no solo practican un deporte, sino que lo hacen bajo un régimen estricto de entrenamiento semanal, con el fin de garantizar un incremento gradual de su rendimiento físico y competitivo.
Sin embargo, alcanzar tan altos niveles de rendimiento exige también un gran consumo de energía, así como de una condición física, tanto muscular como ósea, que resista una intensa actividad articular. De allí que la medicina deportiva tenga cada vez más importancia, sobre todo para prevenir y tratar a tiempo tanto lesiones deportivas como afecciones de salud resultantes de la sobre exigencia física del atleta.
Precisamente, uno de los aspectos a los que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha dado más importancia recientemente, es a un síndrome identificado como RED-S o “Deficiencia Energética Relativa en el Deporte” que afecta muchos aspectos de la función corporal de las atletas de élite, aunque también se puede presentar como una deficiencia energética comparativa en los deportistas hombres.
Esta deficiencia energética se ha comprobado que afecta desde la tasa metabólica y la función menstrual, hasta la salud ósea, inmunidad, síntesis proteica y el bienestar fisiológico y cardiovascular del deportista. Sin embargo, hoy, mediante los escaneos DXA o de radioabsorciometría de doble energía y antropometría, es posible detectar y prevenir a tiempo la RED-S, para evitar sus consecuencias negativas en el rendimiento de los deportistas de élite.
¿Te gustaría saber cómo se puede lograr esto? Entonces te invitamos a leer lo que sigue a continuación para que entiendas mejor de qué hablamos…
¿Cómo se llega al síndrome de RED-S?
La Deficiencia Energética Relativa en el Deporte (RED-S), es una denominación mucho más amplia de lo que en 2005, el COI, identificó como la Tríada de la Atleta Femenina; que es una combinación de trastorno alimenticio (DE), ciclos menstruales irregulares y bajos niveles de estrógeno endógeno y otras hormonas, con efectos negativos en la densidad ósea de las deportistas de alta competencia.
RED-S, es un patrón generado por la deficiencia energética relativa, que afecta muchos otros aspectos de la función corporal de las deportistas, más allá de lo que establece la Tríada de la Atleta Femenina. Además, varios efectos de esta deficiencia energética también son capaces de afectar negativamente a los deportistas masculinos, tanto en su rendimiento como en su salud general. La RED-S puede tener incluso implicaciones graves, a corto y largo plazo, en muchos sistemas fisiológicos del deportista, aumentando la posibilidad de que desarrollen deficiencias nutricionales, anemia, fatiga crónica y aumenten el riesgo de padecer infecciones y enfermedades.
Pero uno de los efectos adversos más importante de RED-S, es el que se presenta en la salud ósea tanto de deportistas hombres como mujeres. Esto se debe a que la baja disponibilidad energética (EA) en la RED-S, está vinculada a una salud ósea deficiente por baja densidad mineral (BMD), producto de distorsiones que se producen en el equilibrio hormonal y que inciden negativamente tanto en la formación de hueso (actividad osteoclástica) como en la creación de hueso (actividad osteogénica), aumentando el riesgo de fracturas.
¿De qué forma los escaneos DXA pueden ayudar a diagnosticar la RED-S?
Debido a que los síntomas de RED-S son tan sutiles, es importante la detección temprana para evitar efectos a largo plazo y que no se vea afectado el rendimiento del deportista. Para esto es necesario que el atleta se someta a exámenes médicos periódicos, con el fin de poder detectar oportunamente trastornos alimenticios, pérdida de peso, deficiencias de crecimiento y desarrollo, disfunción menstrual (en las mujeres), lesiones y enfermedades frecuentes, reducción de rendimiento o cambios de humor en el deportista, los cuales determinarán si es necesario o no practicar exámenes más exhaustivos.
Entre esos exámenes están, precisamente, el escaneo DXA o radioabsorciometría de doble energía, y la antropometría, mediante los cuales se puede lograr la detección del RED-S en los atletas jóvenes y, también, en los atletas adolescentes, a los cuales se les debe practicar el escaneo DXA de cuerpo completo (a excepción de la cabeza).
También en los casos donde se identifica baja disponibilidad energética o trastornos alimenticios en los deportistas, se sugiere la reevaluación de la densidad mineral ósea (BMD), mediante escaneos DXA cada 12 meses, en el caso de los adultos, y al menos cada 6 meses, en los atletas adolescentes.
De esta forma, se puede lograr el diagnóstico a tiempo del RED-S y elevar oportunamente la ingesta energética al atleta, mediante suplementos ricos en energía calórica, así como la reducción del gasto energético por ejercicios (con descansos en el programa de entrenamiento), para que su cuerpo tenga suficiente tiempo para recuperarse.
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